ORÍGENES
Al igual
que otros juegos de pelota del occidente europeo, se presupone que el origen
último del Calcio estaría en el harpastum romano, aunque se desconoce el
mecanismo de transmisión de uno a otro.
Las noticias
más antiguas de su práctica se remontan a la segunda mitad del siglo XV en las
que queda constancia de su popularidad entre jóvenes florentinos que lo
practicaban en las calles y plazas de la ciudad en época de carnaval,
coincidiendo con las fechas del calendario en los que la actividad agrícola se
paralizaba, por lo que cabría suponer un origen común con la Soule o el
Shrovetide Football. Destaca una crónica pintoresca referida al año de 1490; al
parecer dicho invierno se congeló el curso del Arno a su paso por la capital
toscana y los calciatori movieron el juego a la misma lámina del río. Se sabe
que Leonardo Da Vinci era fan fervoroso y que Nicolás Maquiavelo lo practicó
durante su juventud.
Las décadas
siguientes supusieron grandes alteraciones en la historia de Florencia con una
dinastía Medici que se resistía a abandonar el control sobre la ciudad a pesar
de los esfuerzos del emperador Carlos V; cuentan que durante la Guerra de la
Liga de Cognac (1526-1530) los florentinos mostraron desprecio por las tropas
imperiales no renunciando a disputar los partidos de calcio a pesar del cerco.
LA ERA DORADA DEL CALCIO
En 1532 el
papa Clemente VII nombra duque de Florencia a Alejandro de Médicis con lo que
la república pasa a ser un ducado hereditario. Si tenemos en cuenta que el
propio Clemente VII, sobrino de Lorenzo el Magnífico, había sido mismamente
jugador de Calcio, no se puede decir que en esta nueva era el fútbol florentino
no naciese con todas las bendiciones.
De 1580
datan sus primeras reglas oficiales redactadas por el conde Giovanni de Bardi y
en las cuales se intenta entroncar el juego con la tradición del harpastum,
configurando equipos de 27 jugadores como en aquel, y a la vez estilizar su
práctica alejándolo de la violencia característica del tradicional fútbol de
carnaval. El terreno de juego era la plaza de la Santa Croce, a los pies del
Duomo, un rectángulo de 70x85 metros que se aproxima mucho a un campo de
fútbol, y dos agujeros a cada extremo hacían las veces de portería.
Durante
muchos años el Calcio oficial era practicado exclusivamente por los jóvenes
aristócratas y sólo en el período que iba desde la Epifanía a la Cuaresma, pero con el tiempo se fue abriendo su
participación a otras clases sociales por mor de la competencia entre las
cuatro principales parroquias de la ciudad.
EL CALCIO MODERNO
En 1737 la
Toscana pasa a formar parte de la corona austríaca y ese elemento de
reforzamiento de la identidad fiorentina que suponía la disputa del Calcio se
fue diluyendo, de modo que su práctica acabó extinguiéndose durante dos siglos.
Con el
ascenso del fascismo al poder el Calcio se recuperó en 1930, dotándose de
nuevas reglas algo más violentas, pero respetando el simbolismo y el boato de
la vieja celebración, si bien ha sido trasladado a las últimas semanas de la primavera.
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