SIGLOS XVI A XIX
Desde
finales de la Edad Media los distintos tipos de football tuvieron un gran auge
en las Islas Británicas generando descendientes que se practican en la
actualidad. Son el caso del Campball en East Anglia, el Cnapan en Gales, el Ba
Game en Escocia o el Caid, antecedente del Gaelic Football practicado en
Irlanda. Todos estos juegos se practicaban de manera restringida en
determinadas fechas y conocieron reiteradas prohibiciones por parte de las
autoridades civiles.
No obstante
las autoridades religiosas siempre vieron con otros ojos la práctica de un
deporte aparentemente brutal. Para empezar porque gran parte de los desmanes
que provocaban las prohibiciones no se producían cuando se jugaba en un recinto
cerrado, como podía ser el patio de un colegio estudiantil. Pero es que en una
época en el que la educación era segregada, se consideró que el ejercicio
físico atemperaba los impulsos juveniles, tal y como expresaba en 1519 William
Horman, director del Winchester College. Sin embargo, su sucesor en el cargo,
Christopher Johnson se quejaba en 1560 de a que determinados profesores les
preocupaban más los balones que los libros de texto.
El
personaje más importante de esta época es Richard Mulcaster, director de la Merchant
Taylor´s School y la St.Paul´s School. En 1582 publica una obra que se puede
considerar la primera guía de entrenamiento para la práctica del football. En
él, no sólo da pistas sobre la práctica y el reglamento, sino que hace una
ardorosa defensa de los beneficios que para los niños reportaba su práctica.
De 1633
data una libro de texto para la enseñanza en latín escrito por David
Wedderburn, profesor en Aberdeen; en él los ejemplos y contraejemplos están
referidos a multitud de lances del juego del football, lo que indica que los
estudiantes lo practicaban con asiduidad en las escuelas públicas. Robert
Matthew, académico de Winchester, califica en un poema de mediados del XVII que
el football practicado en su college era "inocente y legal".
Todos estos
testimonios nos muestran ya una separación clara de aquellos juegos violentos y
multitudinarios practicados durante la Edad Media y nos ponen en la pista de
las reglamentaciones modernas. Así mismo, en las descripciones que en 1660
realiza el polígrafo Francis Willughby
aparecen explicados en un contexto muy similar al actual términos como
"pitch" o "goal" y desvela que ya por entonces se prohibía
levantar los pies por encima de la bola para evitar lesiones fortuitas.
INDUSTRIALIZACIÓN, COMPETICIÓN, REGLAMENTACIÓN...
El Mob
Football se desarrollaba en una sociedad rural y local. El calendario agrícola
exige mucho trabajo en determinados meses del año pero por contra en otros no
hay apenas faenas que realizar, lo que invita a disfrutar el tiempo libre. A
pesar de las prohibiciones las pandillas de jóvenes siguieron reuniéndose para
disputar la bola, pero es posible que la clandestinidad acabara pasando factura
a la práctica del fútbol. Por otra parte, los siglos XVI-XVII vivieron muchos
conflictos bélicos intraeuropeos que afectaron a la demografía del continente,
bien por requerir varones jóvenes para las levas, bien por la mortandad acusada
en ese segmento de la población. No es de extrañar por tanto que desde el siglo
XVII en adelante la gran mayoría de las fuentes que nos hablan del football se
refieran a instituciones académicas, las cuales mantenían a la joven
aristocracia lejos de esos peligros.
Lo que no
logró del todo la prohibición lo remató la industrialización. Los obreros de
las fábricas, al contrario que los campesinos, debían trabajar seis días a la
semana, desde los últimos años de la infancia hasta la vejez, y las labores
solían ser tan extenuantes que dejaban poca apetencia para la práctica del
deporte. Por tal motivo, ya sólo serían los colleges el único lugar donde se
practicaría el football con asiduidad, y la historia del nacimiento del fútbol
moderno se escribiría por tanto en sus patios y prados.
La
expansión del ferrocarril permitió que las distancias se acortaran y que los tradicionales
enfrentamientos entre cursos de un mismo college o entre colleges vecinos se
extendieran al ámbito comarcal y regional. El nervio del Imperio Británico
residía en la formación estudiantil de
sus elites y la competencia académica también tuvo su contraparte en las
competiciones deportivas, lo que abrió la puerta a las reglamentaciones. Cuando
los practicantes eran los habituales no era preciso recordar las reglas
básicas; cuando el enfrentamiento era contra otro grupo o contra otro college,
los capitanes de cada equipo solían pactar esas reglas básicas. Pero a partir
del momento en que los colleges competían unos con otros, fue preciso pactar
reglas cada vez más afines o bien respetar las del equipo anfitrión.
De entre
todas las reglamentaciones, dos pasarían a la historia como las más importantes
para la historia del football: Cambridge y Rugby.
Felices fiestas
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